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exposición individual
lima, marzo 2015
fotos © juan pablo murrugarra
texto curatorial:
Lo femenino ha sido considerado, a través del psicoanálisis tradicional, como aquello inconsciente, como lo irracional, opuesto a la energía masculina, esa entendida como racional, aseverativa, varonil y proyectiva.
El lenguaje cifrado y el desorden delicada y subjetivamente alineado revela y se rebela en el trabajo de Malamud como una provocación ante esta idea preconcebida de que el arte femenino es ornamental, inconsciente e intuitivo.
Malamud ha cometido desacato, en tanto psicóloga, ha establecido sus propios protocolos manipulando conscientemente las respuestas de la prueba de Rorschach para volverse hacia su propia condición idiosincrática en la palestra del arte. Se ha burlado de la ley, traspasando la línea de lo ético, retando el establishment y adjudicándole a lo privado un carácter público. Malamud se ha liberado, armada de un aguja ha pinchado los bordes, ha extendido los limites de su “hogar” subvirtiendo su significado y reinventándolo a su antojo. Ha hecho de lo inconsciente un acto consciente.
Sin embargo esta exhibición va de la mano con una voluntad de mantenerse al margen, una especie de solapamiento: la psicóloga se enviste de artista y se pone a prueba a sí misma, los dados están en sus manos, encontrándose de alguna manera aislada y gobernando su propio solipsismo. Prerrogativas de la creación que le dicen y, sin embargo, ella va más a allá.
Si acaso el test de Rorscharch tiene como fin evaluar la personalidad a través de una prueba proyectiva, Malamud se ha proyectado y ha jugado con las manchas haciéndolas suyas en cada intento. La huella-nudo es finalmente su realidad, ya no percibida como error, sino como creación, literal y literariamente. Ella misma se vuelve su terapeuta y rechaza cualquier intromisión.
Radiografías propias recortadas, tules desgarrados, palabras bordando respuestas solapadas intencionalmente hacen de este juego exhibicionista un laberinto impenetrable. La repetición es la insistencia en mantener al otro cerca. Lo cifrado una declaración de independencia con respecto a la academia, al arte y a la historia del arte.
Lo ornamental trasciende a su propio códice y se convierte en la huella a seguir. Como un atractor extraño buscando orden en medio de la entropía cada puntada supone una sujeción de significado y a la vez una liberación de la artista. La artista crea su propio mito y lo actualiza una y otra vez. Malamud gobierna desde su podio bordado.